martes, 19 de octubre de 2010

La ternura de lo cotidiano

Odio las moscas.

No me gusta que me molesten continuamente y ahora estamos en pleno tiempo de las moscas, así que estoy irritada.

Hace un momento, una se me ha posado en la mano mientras pensaba la solución a una frase particularmente difícil y bregaba, angustiada, contra los participios, pasados simples y gerundios. Entonces, se me ha posado en la mano el vuelo breve, como una ligera cosquilla, del bicho. Me he quedado mirándolo, indignada, frustrada y, de pronto…

He sentido una cosa distinta. Las patitas hacían una presión leve, casi tierna, contra mi piel y me ha parecido agradable, me he sentido bien, como si fuera una dulce caricia.

Es sólo una mosca, pero extraordinariamente precisa en su composición. Los ojos, en concreto, son un prodigio de las leyes de la visión, y su cerebro casi indistinguible codifica imágenes con una velocidad que le permite evadir el enérgico manotazo de mi mano. Soy mucho más grande, a mi vez, mucho más compleja, pero este pequeño pedazo de vida casi despreciable me desafía con su sutil y diminuta perfección.

La mosca ha despegado de mi mano y me ha hecho pensar en hasta donde llega la perfección de la naturaleza. Por un momento, he sentido una extraña afinidad con un elemento prescindible con el que me hermano al mirar a los abismos del universo infinito; con sus estrellas de tamaño monstruoso cuyo funcionamiento no carece de la misma bella concisión y complejidad que la mosca y yo.

Vuelvo a las temibles concordancias verbales con una secreta satisfacción en el corazón. La armonía salvaje del universo retumba en el fondo de mi cerebro. Pasado, presente y futuro.

2 comentarios:

  1. La entrada también nos desafía con su elegancia y concisión, aah, que artesana de las palabras. A diferencia de la mosca, no obstante, no se necesita apartarla de un manotazo y es posible degustarla como una delicatessen verbal. No está mal, por cierto, viajar desde una mosca hasta las estrellas, que los elitros te acompañen.

    Un saludete y a ver si ahora me deja firmar de una vez. Egan.

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  2. Chicos-as, soy más prosaica que vosotro-as y después de la descripción de MJ más. Me dan un ascazo que no puedo con ellas. En mi casa hay todo un arsenal de productos y artefactos para combatirlas. Lo siento pero debe haber alguna cosilla por ahí más bella que una mosca para ver la magnificencia de la naturaleza.
    Un beso MJ

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